La noche que no dormí casi nada, salgo a las seis, son unos 650 kilómetros y también me gustaría la aduana si llego. El camino es rápido pero me resulta muy difícil encontrar distribuidores. A ambos lados del camino, la vegetación se ha quemado durante aproximadamente 100-200 hacia el interior y se han asentado pequeños pueblos de cabañas y cultivos. Hacia la una y media llego a la frontera de salida de Namibia, que paso rápidamente. A la entrada de la frontera con Angola me bloquearon porque mi visa había expirado. Afortunadamente, el comandante, quizás lástima por mi estado, estaba muy cansado y le ordenó a un policía que me ayudara a hacer la visa en línea. Póngase en contacto con Carlos, un amigo motociclista con el que debería ver en Luanda para obtener referencias en Angola. Alrededor de las seis en punto, me escoltan a un pequeño hotel en el pueblo de Santa Clara, que está justo después de la frontera para pasar la noche. Con la ayuda del policía llamado Rubén, también puedo hacer una tarjeta para el teléfono, así que si me dan la visa, puedo comunicarme donde estoy. Obviamente dejé todas mis cosas, incluida la moto en la frontera.
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